La rinoplastia, o cirugía estética y funcional de la nariz, es uno de los procedimientos más comunes en cirugía plástica facial. Su objetivo es modificar la estructura ósea y cartilaginosa de la nariz para mejorar tanto su apariencia estética como su funcionalidad, logrando armonía facial.
Esta intervención puede abordar aspectos como el tamaño, la forma de la punta, el dorso nasal, la base de los orificios, así como corregir problemas congénitos, traumatismos o dificultades respiratorias.
Características principales:
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Técnica avanzada:
Se realiza sin taponamiento nasal y con tecnología de punta, como bisturí ultrasónico.
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Anestesia:
General, con una duración aproximada de 2-4 horas.
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Recuperación:
Requiere entre 10 y 15 días, evitando actividades de alto impacto, exposición al sol y golpes en la zona. La incapacidad laboral es de 8 días, y el ejercicio puede retomarse de forma gradual después de 6 semanas.
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Resultados naturales:
Se personaliza según las características faciales, edad, piel y rasgos étnicos del paciente, para lograr un resultado estético y equilibrado que respete la naturalidad.
Indicaciones:
La rinoplastia es adecuada para quienes desean:
- Cambiar el tamaño o forma de la nariz.
- Corregir alteraciones funcionales como dificultad respiratoria.
- Mejorar la simetría facial y su autoconfianza.
Procedimiento quirúrgico:
Se realizan incisiones internas para mantenerlas invisibles, modificando estructuras óseas y cartilaginosas según el plan quirúrgico. En casos necesarios, se utilizan biomateriales autólogos para reforzar la estabilidad del tabique nasal. Posteriormente, se coloca una férula externa para proteger la forma durante la cicatrización.
Cuidados posoperatorios:
- Primeros días: Uso de férula nasal durante 5-7 días, aplicación de compresas frías, y dormir en posición semi-sentada.
- Restricciones: Evitar sonarse la nariz, y en caso de usar gafas, ajustar su soporte para no presionar el puente nasal.
- Exposición solar: Debe limitarse por al menos tres meses.
Consideraciones adicionales:
- Edad recomendada: A partir de los 15-16 años, una vez completado el crecimiento facial, salvo en casos de problemas respiratorios severos.
- Consulta previa: Es esencial una evaluación detallada y una relación médico-paciente basada en expectativas realistas.
La rinoplastia no solo transforma la apariencia externa, sino que también puede optimizar la salud respiratoria, mejorando la calidad de vida del paciente.